La artesanía tradicional surge de la fusión que se realiza en el proceso de construcción histórica de la sociedad santiagueña entre elementos prehispánicos y, los aportados por la corriente colonizadora española; fusión que genera un tipo de identidad cultural que se ve plasmada en esta producción artesanal.
Actualmente, la producción artesanal tradicional en Santiago del Estero posee el mayor número de artesanos, con una difusión que cubre prácticamente la totalidad del territorio provincial y con una fuerte concentración en la región mesopotámica. Puede identificarse además otros oficios artesanales tales como trenzadores, sogueros, talabarteros, cesteros, carpinteros, lutiers, alfareras y plateros (estos dos últimos en proceso de extinción), entre otros con una presencia numérica muy reducida.
Los artesanos de Santiago del Estero no se autodefinen, en su mayoría, como tales, sino por sus oficios: talabartero, cestero, etc. Definir socialmente a una persona o grupo es darle una ubicación, localizarlo en un espacio de lo social que genera derechos y obligaciones. Decir de una persona que es artesano, es decir solamente que trabaja con sus manos; podría vivir en la ciudad o en el campo, dedicarse exclusivamente a esa actividad o ser un complemento de otras, hacerlo para satisfacer una necesidad económica o como parte de las actividades de tiempo libre.
El artesano de Santiago del Estero está, con su trabajo, realizando un aporte cultural en cuanto heredero, depositario y transmisor de una tradición que se comunica de generación en generación a través de los oficios. Realiza un aporte espiritual ya que la obra de sus manos no es solo material, sino que está recubierto de creencias, leyendas, mitos, pensamientos mágicos como partes de un universo simbólico desde donde se define la realidad. Hay también un aporte estético, haciendo más amplio y a veces rompiendo encasillados conceptos. Y es innegable la potencialidad de su aporte a la economía provincial.
En síntesis, las artesanías tradicionales de Santiago del Estero representan el resultado de un proceso histórico de fusión de las culturas aborígenes y la tradición colonial hispana, que hoy son resignificadas desde este aquí y ahora, que no se presentan como una realidad aislada sino en permanente interacción con otras formaciones culturales en un contexto de globalización. Esta particularidad identifica a una sociedad y su cultura ante el resto.
